Esta de la foto soy yo, Nessita.
Y esto es lo que hago:
Selecciono las técnicas más eficaces y más interesantes de desarrollo personal y las mezclo con procesos de neurociencia, espiritualidad y bienestar integrativo,...
... les aporto un punto de vista un poco diferente a cualquiera que puedas conocer, y que he adquirido a base de experimentar conmigo misma, de instruir a cientos de alumnas y clientes y de formarme durante años en muy diversos enfoques para conseguir un acercamiento holístico y completo...
… y les añado una pizca de sentido común para que encajen en la realidad diaria de todas aquellas personas que deciden implicarse en un proceso así.
Ah, y otra cosa muy importante. Escucho.
Escucho lo que mis clientas y alumnas me dicen para entender sus problemáticas, para seguir investigando y creando programas más completos, que profundicen más y que consigan mejores resultados.
Me escucho a mi misma y mis procesos para no perder nunca la perspectiva de lo que estoy haciendo.
Escucho a la sociedad y las necesidades que tiene en cada momento para saber cómo pueden afectar a los individuos y de qué manera puedo yo aportar mi conocimiento para ayudar.
No soy una cambiavidas 3.0, ni pretendo serlo.
No tengo poderes mágicos ni leo mentes.
De momento.
Y tampoco ofrezco ninguna formación que no haya probado, verificado, revisado, corregido y mejorado para conseguir resultados tangibles y permanentes.
Lo que hago tiene sentido porque mis formaciones funcionan. Y funcionan porque no las saco al mercado hasta que me aseguro de que son realmente buenas.
Te comento todo esto porque, lo que me ha traído hasta aquí, es una frase salvadora que te contaré un poco más adelante pero, sobre todo, haber deseado un millón de veces que alguien me explicara lo que yo enseño ahora, cuando estaba atravesado la peor etapa de mi vida.
Salir del pozo no es fácil.
Sobre todo porque, con el tiempo y, cuando dejas de pegarte contra el mundo, te das cuenta de que nadie te ha metido ahí. Has sido tú misma la que se ha ido hundiendo más y más con el paso de los años por no poner tu propio cuidado y tu bienestar emocional como prioridad número 1 de tu vida.
Y la bofetada de realidad que te llevas cuando te das cuenta de esto no es pequeña.
Yo puse mi primer pie en el pozo en mi infancia, hija de padres adolescentes en un hogar desestructurado y caótico. El siguiente, durante mi adolescencia cuando perdí a mi mejor amiga por un cáncer.
No estaba preparada para ello.
Y, a partir de ahí, abusando de sustancias y llevando una vida absolutamente fuera de control.
¿Y qué es lo que pasa cuando eso ocurre? Pues que tu cuerpo y tu mente revientan por algún lado. ¿Te ha ocurrido a ti alguna vez?
En mi caso reventaron en forma de agorafobia, crisis de pánico, hipocondría, pensamientos suicidas y una serie de trastornos de lo más pintoresco…
Y claro, no solo eso.
Depresión, absoluta falta de autoestima, dependencia emocional, incapacidad para tomar decisiones por mi misma, comportamientos autodestructivos...
Todo esto unido a una profunda sensación de insatisfacción, de que nada funcionaba como yo quería, de no valer, de no ser capaz,
de no ser suficiente.
Llegó un punto, cuando mi psicólogo me dijo que lo mío no tenía solución y que ya no podía ayudarme más, en el que me di cuenta de que esa batalla tenía que lucharla yo.
Una parte de mi ya había tomado la decisión de ponerle freno y volver a la superficie como fuera. Y lo que terminó de ayudarme a dar el paso fue una frase de un libro de Louise Hay que decía algo así como:
“Todo lo que te ocurre está en tus pensamientos y tus pensamientos se pueden cambiar.”
¡Bum! Ahí estaba.
Lo que necesitaba era eso, tomar el control de mis pensamientos y, con ellos, recuperar el control de mi vida.
¡Genial! Pero... ¿por dónde empiezo?
Y, bueno, no te aburro porque es un poco largo, pero a partir de ahí no tuve más remedio que aprender de cero a cuidar de mi.
Pero vaya si lo aprendí.
Y me resultó tan interesante, tan revelador y con tanto sentido lo que iba aprendiendo que, no sólo lo probaba conmigo sino que lo compartía y lo testaba con personas a mi alrededor.
Yo misma inventaba los procesos que utilizaba conmigo y los mejoraba a base de prueba y error.
Comencé a formarme en distintas disciplinas, incluídos el coaching, la neurociencia y la psicoeducación emocional entre otras muchas. Me convertí en Hay Teacher, de la escuela de Louise Hay. Escribí libros, me di al deporte como nunca y comencé mi andadura como coach certificada.
Los años, la experiencia, lo que aprendí con las mujeres que pasaron por mi consulta y las tripas me decían que era hora de hacer algo más grande y más completo.
Ese fue el germen que me llevó a desarrollar el sistema AMaTe , basado en AUTOAYUDA , MENTORÍAS y TRIBU que permitieran a mis alumnas conseguir mejores resultados en menos tiempo.
Y eso es lo que hago. Eso es lo que soy.
Y lo que me hace dar gracias cada día porque cada piedra del camino me ha traído hasta aquí, hasta este mismo momento en el que no cambiaría nada de lo que tengo y nada de lo que soy.
Tal vez por eso estás tú aquí. Yo no lo sé.
Lo que sí sé es que siempre es buen momento para dar el primer paso. Puedes empezar, si tu quieres, dejándome tu email para que te envie el
“Ebook para tener más autoestima que Wonder Woman”
que puede que aporte un poco de claridad a tu camino.
No te explico de qué va porque el título lo dice todo.
Si lo quieres, es aquí.
No te preocupes, nada de spam
Suscribirse lleva regalo. Desuscribirse es gratis.